¿Por qué los fraudes cibernéticos aumentaron con el Coronavirus?

El fraude cibernético, definido como la estafa realizada a través de una computadora conectada a internet. El delincuente acude con herramientas tecnológicas para acceder o vulnerar cualquier sistema de contraseñas y seguridad. ¿Y en tiempos de COVID, realmente se ha visto un incremento en este tipo de estafas?.

El método común de operación de un ciberdelincuente se basa en ofrecer ofertas atractivas con un anticipo aparte, pedir transferencias bancarias a cuentas personales a través de la venta de artículos que son en su mayoría costosos, invitar por mensajes instantáneos a ingresar a los servicios de la banca en línea solicitando descargar e instalar aplicaciones o por medio del nombre de usuario y contraseñas en páginas web apócrifas. Con esta base, podemos definir los principales tipos de fraudes cibernéticos:

  • Compra de artículos online. Siendo pirateria, productos que no cumplen las especificaciones que prometen o casos donde se omite información de contacto y las víctimas no pueden reclamar ni reciben respuestas.
  • Pharming. Sitios maliciosos rondando por la web. Una vez que la víctima ingresa, se produce la descarga de un software que roba información sensible como contraseñas o datos bancarios.
  • Phishing. Se hacen pasar por una empresa de confianza, luego piden datos personales o financieros. Este tipo de fraude se produce mediante correo electrónico, redes sociales o incluso llamadas.
  • Carding. Es el uso ilegal de las tarjetas de créditos, el delincuente realiza la estafa por llamadas telefónicas o email, así consigue los datos de la tarjeta de la víctima y realiza compras reiteradas veces.

Hablando sobre la presente alza de estos casos durante la pandemia por COVID-19, una de las razones principales que ocasionaron el incremento de diversos fraudes electrónicos se debe al aumento de compras, ventas, transacciones, depósitos y del tráfico cibernético en sí, las estafas crecieron notablemente.

Los fraudes de identidad por email y los robos de datos han sido algunos de los crímenes más reportados en la región durante la pandemia de coronavirus. Aun así, presentan un alto riesgo no sólo para los clientes de comercios
electrónicos, sino también para entidades y empresas financieras.

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) informó que el número total de reclamaciones por delitos como robo o suplantación de identidad fueron de 16.306. Asimismo, los bancos como BBVA, Santander, HSBC tuvieron cada uno más de tres mil reclamos y quejas en el año 2020 según el organismo defensor de los usuarios de servicios financieros.

Los tipos de fraudes electrónicos más comunes durante la emergencia sanitaria fueron:

  • Suplantación de identidad de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ofrecer información sobre las vacunas contra la COVID-19.
  • Sitios que hacen fraude mediante la venta de productos como geles desinfectantes para manos, tapabocas u otros productos solicitados.
  • Suplantación de identidad de entidades gubernamentales para solicitar donativos.
  • Ofertas fraudulentas de bancos, casas de bolsa o inversiones diseñadas para robar información bancaria.
  • Solicitud de donativos para falsos hospitales u organizaciones.

Podríamos decir que el mundo de la tecnología siempre tendrá su punto débil, ya que grandes potencias mundiales han sufrido de estos ataques y hasta el día de hoy no tienen culpables. No obstante, ante el marcado y constante avance de los delitos y estafas en internet, la importancia de prevenir en épocas de Coronavirus no se limita sólo al área de la salud.
Fuente: Revista Digital “Líder Empresarial”